Era el primer día que Tebi, tras sufrir un accidente laboral y guardar el tiempo de reposo que le habían prescrito los médicos, lograba salir a la calle confiando en que podía reanudar su vida normal. Le parecía una mañana especial, había decidido afrontar el reto de volver a conducir su coche por las calles de Madrid. Eligió un sábado porque pensaba que habría menos tráfico que cualquier día laborable. No se sentía segura, pero tampoco estaba sola, Gamb la acompañaba y eso le aportaba cierta confianza, ya que –en caso de peligro- él podría tomar las riendas de la situación. Se equivocaba...

 

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